ubicación cerca del metro, habitaciones amplias, buena limpieza

La habitación de la primera planta vibra y suena cada vez que pasa el metro, el ruido de las sirenas es molesto!!! No hay minibar y el servicio de desayuno se queda corto en horas pico!!!

Aprovecha las camas cómodas y el balcón. muy útil para los fumadores, ideal para descansar después de un día explorando la ciudad.

la cama es muy cómoda y el metro está justo afuera. el ruido del metro es bastante molesto.

Estuve en el hotel sete colinas y me encantó. La ubicación es súper conveniente, justo al lado del metro, lo que hace que moverse por el centro de la ciudad sea muy fácil. La habitación era pequeña, pero estaba limpia y cómoda. El personal fue muy atento, especialmente al ofrecer leche vegetal en el desayuno, que además tenía opciones veganas.

recomendado

El hotel es muy acogedor y cuenta con habitaciones súper limpias y espaciosas. La cama era enorme y cómoda, perfecta para descansar después de un día de turismo. La ubicación es excelente, ya que el metro está justo al lado, facilitando el acceso al centro en pocos minutos. Además, el desayuno tenía una buena variedad, incluyendo panes y embutidos.

El único inconveniente fue que no había un enchufe cerca de la cama para cargar el móvil.

Ubicación genial y personal amable

Estuvimos 2 noches y la pasamos genial. La ubicación es perfecta, el metro está justo al lado y el personal fue super amable. Nos dejaron dejar las maletas sin costo. Lo único que me faltó fue un cafecito en la habitación, ya que no hay para preparar. El desayuno es simple, pero acogedor.

maravillosa experiencia con fácil acceso al metro

ubicación estratégica, buena variedad en el desayuno

ruido de la calle

Wi-Fi rápido y buen servicio de lavandería. La cama era demasiado baja para mí.

La estancia fue increíble, especialmente por la atención del personal, siempre dispuestos a ayudar en todo lo que necesitábamos. La habitación era muy cómoda y estaba impoluta, además, la decoración era moderna y acogedora. Lo más destacado definitivamente fue el desayuno, que tenía una variedad impresionante. La ubicación es perfecta, ya que a solo unos minutos caminando se llega fácilmente a lugares emblemáticos como la Catedral de Lisboa y el Castillo de San Jorge.

El hotel Sete Colinas me sorprendió por sus camas comodísimas y el desayuno variado. Las habitaciones son amplias y siempre mantienen una limpieza impecable. La ubicación es ideal, justo al lado de la estación de metro Anjos, lo que facilitó mi desplazamiento por la ciudad. La recepcionista, en especial Dora, se mostró muy atenta y resolvió todas mis dudas sobre lugares a visitar. Sin embargo, noté que el comedor para el desayuno se llenó bastante en horas peak, lo que hizo un poco incómodo el momento de comer. eché de menos un enchufe cerca de la cama para cargar mi móvil. En general, una buena opción para quienes busquen comodidad y buena atención, aunque con detalles que podrían mejorar.

Sin florituras, solo lo importante

Excelente ubicación a solo unos pasos de la estación de metro Anjos. La atención del personal es impecable y las habitaciones son amplias y limpias. El desayuno ofrece opciones diversas. Quizás se echa de menos un servicio de café en la habitación, pero nada que empañe una grata experiencia.

La habitación era acogedora y tenía una cama comodísima, perfecta para descansar después de pasear por Lisboa. Nos dieron dos almohadas cada uno, lo que estuvo genial. Además, había un balcón que me gustó mucho. Eso sí, la habitación era un poco pequeña, pero está bien para lo que necesitas. La limpieza fue impecable y el gel de baño con aroma a naranja era un buen detalle.

La habitación 104 ofrece un balcón perfecto para relajarse, con una bañera en el baño que da un buen respiro después de un día ajetreado. Buena cobertura de WiFi y una limpieza impecable hicieron que me sintiera en casa, además, la presión del agua en la ducha fue excelente.

El comedor para el desayuno es un poco ajustado, lo que hace que tengas que esperar para encontrar una mesa. Además, el bufet podría beneficiarse de más espacio y variedad, ya que la bollería de calidad no fue suficiente durante las horas pico, a veces se acababan rápido y había que esperar para hacer café con solo una cafetera disponible. Eché de menos un mini bar y noté que el grifo del lavabo se movía un pelín, aunque no fue un gran problema.

La ubicación es brutal, justo al lado de la estación de metro. El desayuno, aunque simple, es bien completo con embutidos y bollería. Las habitaciones se mantienen impecables y el personal siempre está atento.

Nada, ninguna queja.